¿A DÓNDE ESTABA TOMÁS?
¿Se recuerdan que los discípulos por miedo a los judíos estaban todos reunidos a puerta cerrada?, ¿Qué mejor momento para que el Señor se les apareciera verdad?, esta es una de las maravillas de nuestro Señor Jesús, se nos aparece en medio del quebrantamiento cuando aferrados a Él, a Sus promesas y confiando en Su fidelidad esperamos su Salvación. La Palabra de Dios dice así:
“…estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, llegó Jesús y, puesto en medio, les dijo: -- ¡Paz a vosotros!” (Juan 20:9)
Les diré el motivo de la visita de Jesús a sus discípulos: después de haberles llenado de Su Paz, pues dijo: ¡Paz a vosotros!, (Él siempre nos da aquello que necesitamos). Él sopló y los discípulos recibieron el Espíritu Santo, recibieron autoridad, recibieron dones… la pregunta es:
¿A dónde estaba Tomás? El no estuvo presente, no estaba con los discípulos, la Biblia no dice por qué Tomás no estaba allí, pero es lo que sucede cuando no estamos en el lugar adecuado, cuando no estamos con las personas adecuadas, cuando no se concuerda con la dirección dada por el Espíritu Santo.
Hay mucha gente que no está y no lo digo de manera corporal, sé que ustedes entienden. Hay mucha gente por ahí divagando, con intereses nada perdurables, son personas que han quitado su mirada en las cosas del Señor, aunque aparentan ser muy entregadas y serviciales, terminan murmurando y llenando sus corazones de iniquidad.
*Si antes usted al enfermarse se ungía con aceite y oraba fervorosamente porque no aceptaba la enfermedad, y hoy no lo hace con tanta frecuencia.
*Si usted antes utilizaba los elementos sagrados con absoluta certeza de que el milagro acontecería y quizás hoy ya no es igual.
*Si usted antes se paraba muy temprano domingo y se preparaba con oraciones y ayunos para ir a la Casa del Señor pero hoy ya no lo hace más… Entonces usted tampoco ha estado!!
El Espíritu Santo en su amor incondicional le llama en caso de que sea preciso:
“A comenzar de nuevo”
En la Fe!
Ma. Luisa de Ponce
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