miércoles, 9 de noviembre de 2011

En esta Campaña Dios no habló conmigo... no es para mí


En esta Campaña Dios no habló conmigo
Esta Campaña no es para mí

Este es un pensamiento que se cruza en la cabeza de muchos, de muchas y su efecto es devastador… 
¿Cómo es que Dios habla con unos y con otros no? Si está más que claro que cuando Dios habla hasta las piedras oyen y le obedecen, vea…

*Cuando Dios habló a la peña para que le diera agua a Su pueblo, la peña lo escuchó y le obedeció ¿acaso las piedras dan agua?

*Cuando Dios habló al mar, éste se abrió en dos dejando a Su pueblo pasar en tierra seca, es decir que el mar también escuchó la voz de Dios.

*Cuando Dios habló al mar agitado y a los fuertes vientos que azotaban, éstos también le oyeron y obedecieron…

Recordemos también a las aves que llevaron carne al pueblo de Israel, la higuera que se secó, la mula que sirvió de mensajera y habló… Sin embargo, tenemos personas que dicen estar en la Presencia de Dios, dicen tener “comunión” con el Señor, leen la biblia, algunos son evangelistas, No obstante… “En esta Campaña Dios no habló con ellos”… hay citar aquel refrán: "reír para no llorar..."

Hay tanto trabajo por hacer… sigamos plantando, regando lo sembrado que a su tiempo quienes SÍ oyen y obedecen la voz de Su Señor recogerán a montones como está escrito:

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;
Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.”
Salmo 126:5

En la Fe!
Ma Luisa de Ponce
  

2 comentarios:

  1. Ciertamente Dios habla, pero hay muchos que se hacen los sordos porque no quieren Obedecer la voz de Dios. pero para estos no hay recompensa y siempre llevaran una vida en la esclavitud.

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  2. Dios siempre habla con nosotros, el siempre tiene algo q decirnos... Solo q en ocasiones no es lo que queremos escuchar, por tal motivo muchos no obedecen, ni renuncian a lo q Dios les está pidiendo... Que placer se siente en obeceder a Dios... tener la certeza que con nuestros pasos y actitudes le agradamos y Él se sienta contento, así como el Padre con su hijo que hace caso y lo premia, más aún nuestro Padre Celestial creador y Salvador..

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