DE LAS TINIEBLAS A LA LUZ
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Enjugaba los pies con sus cabellos |
Una mujer pecadora, se esfuerza por encima de su vergüenza, se aproxima a su Señor con un frasco de alabastro con perfume de altísima calidad, se echa a llorar arrepentida y riega con sus lágrimas los pies de su Señor, besándolos, ungiéndolos y enjugándolos con sus cabellos.
Veamos que tan importante era esto y así entender mejor: Ungir los pies o la cabeza de otra persona era una forma de dar la bienvenida o una forma de honrar a otro. Los líderes espirituales más importantes (rabinos de la época) recibían estos homenajes, por así decirlo. Era muy común que el Señor Jesús fuese honrado de esta forma, por eso Él hasta elogia la entrega de esta mujer y recrimina de alguna manera, la forma tan fría que Simón lo recibe en su casa. ¿Qué aconteció ahí? La mujer que era conocida como una ramera, mediante su arrepentimiento sincero y entrega logra salir de “las tinieblas a la luz”. Decidió cambiar de vida entregándose por entera en manos de su Salvador.
Vivir en pecado ciertamente corta sus fuerzas, sus ganas, su ánimo, neutraliza su fe, le ata, le paraliza, le oprime… siempre y cuando usted lo permita. Ahora mismo adonde ud. se encuentre leyendo este Blog, eleve su pensamiento a su Salvador, sincérese con Él, vacíese y Él le llenará!
Derrame usted también su perfume… En la Fe!
María Luisa de Ponce
Dios vio en ella la sinceridad la perdono. lo mismo El hace con aquellos que se arrepiente de corazón.
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